Please use this identifier to cite or link to this item: http://ri.uaemex.mx/handle20.500.11799/65702
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dc.creatorGuadalupe Isabel Carrillo Torea-
dc.date2013-
dc.date.accessioned2022-04-21T05:15:44Z-
dc.date.available2022-04-21T05:15:44Z-
dc.identifierhttp://hdl.handle.net/20.500.11799/65702-
dc.identifier.urihttp://ri.uaemex.mx/handle20.500.11799/65702-
dc.descriptionEn una entrevista realizada a Stephen King acerca de su vasta obra fílmica y literaria, el periodista Ian Caddell le preguntó acerca del miedo como ese ingrediente indispensable del género de terror al que el autor ha dedicado sus páginas más brillantes. King contestó con absoluta convicción: “El miedo es un programa de superviven|cia” 1 . Desde esa perspectiva, pareciera que estamos, en principio, ante un fenómeno de carácter emocional que vincula también experiencias fisiológicas que nos mueven a la sobrevivencia; es decir, no se trata de algo necesariamente negativo. En el mismo tenor, incluso con una mirada aún más optimista, el teórico y cuentista español David Roas, quien ha dedicado buena parte de su carrera al estudio de la literatura fantástica, llega a considerar la percepción del miedo como un placer: “el placer del miedo es un placer moderno” 2 . Claro que si nos referimos al mismo desde las manifestaciones artísticas, sean estas literatura o cinematografía, la sensación es absolutamente vicaria. El lector sabe que aquello que le produce temor no lo puede agredir directamente. Sin embargo, en la vida real, la experiencia del miedo se ha instalado en nuestras sociedades y en nuestros países convirtiéndose en una de las mayores angustias que padecemos. El miedo tiene distintas formas de manifestarse; se puede observar que no todos los seres humanos padecemos de los mismos tipos de miedo. Existen quienes tienen animadversión a las alturas, y que se expresa en el vértigo, o quienes temen a los espacios abiertos –agorafobia- o a la inversa, quienes sufren en los espacios cerrados –claustrofobia-. Pero hay también sentimientos mezclados en la Xenofobia que es el rechazo al extranjero y se mezcla con el odio hacia él. Otras personas experimentan temores frente a determinados animales, a situaciones de angustias colectivas y hasta a olores o frente a la sensación del color. Desde la época griega se han creado términos para aludir a cada una de las sensaciones de temor. No hay que olvidar, por otra parte, que cada persona experimenta diferentes grados de miedo y las conductas suelen ir del simple desagrado hasta la agresión ya verbal, ya física. Hay muchas conductas delincuenciales cuyo trasfondo es el terror que experimenta el sujeto que la padece.-
dc.descriptionEn una entrevista realizada a Stephen King acerca de su vasta obra fílmica y literaria, el periodista Ian Caddell le preguntó acerca del miedo como ese ingrediente indispensable del género de terror al que el autor ha dedicado sus páginas más brillantes. King contestó con absoluta convicción: “El miedo es un programa de superviven|cia” 1 . Desde esa perspectiva, pareciera que estamos, en principio, ante un fenómeno de carácter emocional que vincula también experiencias fisiológicas que nos mueven a la sobrevivencia; es decir, no se trata de algo necesariamente negativo.-
dc.descriptionUniversidad Autónoma de Sinaloa-
dc.languagespa-
dc.publisherUniversidad Autónoma de Sinaloa-
dc.relationAño.;14-
dc.rightsinfo:eu-repo/semantics/openAccess-
dc.rightshttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0-
dc.source2007-2333-
dc.subjectMiedo-
dc.subjectCrónica-
dc.subjectNarcotrafico-
dc.subjectinfo:eu-repo/classification/cti/5-
dc.titleDel miedo vicario al miedo real y la crónica del “narco”-
dc.typearticle-
dc.audiencestudents-
dc.audienceresearchers-
item.grantfulltextnone-
item.fulltextNo Fulltext-
Appears in Collections:Producción
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