Resumen:
s satisfactorio ver cuando los adultos se acercan al auténtico
pensamiento del niño, a su espontánea conducta que brota de
sentimientos y emociones libres de prejuicios y de miradas;
de y hacia un mundo adulto convencional. Hasta hace poco
tiempo algunos escritores han confundido lo “infantil” con lo
“tonto” cuando redactan cuentos “infantiles”. Olvidan que si
un adulto es un niño que ha crecido, entonces el niño debe ser
una persona mayor en potencia. Y ese olvido, que no es otra
cosa que una gran falta de respeto a los pequeños, provoca
el desequilibrio al resaltar la idea de lo ingenuo como un
concepto obsoleto y preexistente y no como una producción
Dinámica