Resumen:
En las últimas décadas, el cambio de uso del suelo y vegetación ha sido uno de los fenómenos espaciales más relevantes en la investigación ambiental, debido a que estos procesos generan transformaciones que comprometen la estabilidad y conservación ecológica, conllevando a una continua degradación, siendo una de las causas principales las actividades humanas no sustentables, impulsadas por diversos factores, pero con un mismo propósito, satisfacer las necesidades de la población mundial, esto mediante el uso de bienes y servicios que provee la naturaleza. Eventualmente los procesos de transformación de uso de suelo y vegetación son precedidos por múltiples interacciones antrópicas que interactúan entre sí y suelen configurar el espacio, por ejemplo, las actividades socioeconómicas, las decisiones políticas y las transformaciones del ambiente.
Desde épocas antiguas la agricultura ha constituido una de las actividades humanas indispensables para la subsistencia de las personas, la cual ha tomado mayor relevancia con el paso del tiempo, debido a las exigencias de la población mundial que demanda mayor disponibilidad de productos agroalimentarios debido al acelerado crecimiento demográfico y por consiguiente, esta situación ha requerido la expansión de esta actividad sobre grandes superficies, originando mecanismos de conversión de uso y cobertura del suelo, eliminando la vegetación nativa para dar apertura al establecimiento de tierras agrícolas (Lanz et al., 2018). Las modificaciones originadas por el continuo incremento de superficies cultivadas han provocado impactos en diversos ámbitos, posicionando al ambiente como el más afectado, pues se han evidenciado varios problemas, como la disminución y pérdida de la biodiversidad, degradación del suelo y contaminación que incide en el calentamiento global (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura [FAO], 2015a).
La agricultura como principal fuente de producción de alimentos en el mundo ha tenido que establecer iniciativas para mejorar su productividad, ya que debe responder a la creciente demanda alimentaria de la población y para cumplir este propósito han existido modelos agrícolas destinados a plantear soluciones eficientes a los requerimientos alimenticios de la población. En el contexto de México, un modelo con reconocimiento relevante fue la Revolución Verde, mismo que condujo a una transformación en las prácticas y modos agrícolas convencionales, estableciendo innovaciones técnicas al incorporar el denominado paquete tecnológico compuesto de semillas mejoradas y el uso de agroquímicos, desde luego, su implementación generó múltiples beneficios vinculados con la obtención de mayor producción, mejorando el rendimiento y resistencia de los cultivos, consiguiendo reducir la hambruna y la malnutrición de la población. La visión productiva de este modelo no consideró las implicaciones futuras que podría traer consigo, pues se priorizó la producción, mientras que el cuidado ambiental paso a segundo plano, provocando que los suelos fueran explotados, deteriorados y disminuyeran su fertilidad (Chilón, 2017).
Ante los impactos y consecuencias generadas por la revolución verde, fue necesario trascender hacia un nuevo modelo agrícola con el propósito de atender el consumo alimentario básico para la población, donde el cuidado y preservación de los elementos ambientales fuera el eje central. Con base en estos argumentos surgió la agricultura sustentable, como una opción viable para atender y mejorar las condiciones ecológicas que provocó el modelo productivo anterior (de Gortari, 2020). En este sentido, la agricultura sustentable, se instituyó como una perspectiva integral que busca mejorar la productividad agrícola y hacer que ésta sea sostenible en a largo plazo, priorizando una relación de respeto ambiental, ya que se fundamenta en prácticas ecológicas y la cultura local de la población, favoreciendo el mejoramiento del manejo de los cultivos y garantizando al mismo tiempo, su producción actual y futura (Gerritsen et al., 2012).
Considerando como referencia lo expuesto en párrafos anteriores y ante la urgencia de la situación vinculada con la seguridad y soberanía alimentarias en el territorio mexicano, se realizó el proyecto de investigación titulado “Procesos de cambio de uso del suelo y su impacto en la agricultura y alimentación: región sur del Estado de México”, desarrollado entre agosto de 2024 y julio de 2025. Esta investigación se realizó en el marco del programa Investigadoras e Investigadores del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (COMECYT) del Estado de México, promoción 2024, teniendo como objetivo principal analizar las dinámicas de transformación ocurridas en los usos del suelo y la vegetación en la región sur del Estado de México (RSEM), delimitada por la provincia fisiográfica Sierra Madre del Sur, que comprende jurisdicciones completas y parciales de 26 municipios, cuyo propósito final fue comprender los impactos que la actividad agrícola ha generado en la dinámica de transformación del uso del suelo y la vegetación natural, así como en su evolución productiva, reconociendo los retos que enfrenta actualmente este territorio del sur del Estado de México.
Durante la investigación se realizaron múltiples actividades de gabinete y de campo, analizando su vinculación directa con la actividad agrícola, identificando las zonas más adecuadas para ésta, por supuesto, desde una dimensión ambientalmente responsable, la cual fue complementada con la propuesta de acciones estratégicas orientadas al mejoramiento de los sistemas agrícolas, desde un enfoque agroecológico y en concordancia con los principios de la agricultura sustentable. La información utilizada en este proyecto se obtuvo de varias fuentes, principalmente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), la cual fue procesada mediante softwares especializados en Sistemas de Información Geográfica (SIG).
El contenido de este libro representa un referente metodológico y estadístico para las dependencias gubernamentales, instituciones universitarias y productores agrícolas para conocer la situación ambiental y agrícola de la RSEM, al presentar evidencias sobre la evolución espacial y temporal de los procesos de cambio de uso del suelo, proponiendo zonas prioritarias para la conservación y restauración agrícola. La secuencia metodológica aplicada en la investigación, en especial las técnicas, métodos y herramientas pueden ser adaptadas en otros entornos del territorio mexicano para proseguir en estudios de transformación del paisaje. La información representa un eje rector para la toma de decisiones y apoyo a las políticas agrícolas en la RSEM, toda vez que, puede coadyuvar a orientar la planificación de los sistemas agrícolas hacia un modelo sostenible y resiliente en consonancia con la agroecología, contribuyendo a la sustentabilidad ambiental y la seguridad alimentaria de la región.
Descripción:
El libro se encuentra estructurado por siete capítulos relacionados y complementarios entre sí, donde cada uno de éstos corresponde a una parte sustancial del análisis y estudio a través del seguimiento teórico y metodológico que sustentó la investigación. Los resultados obtenidos son acompañados por tablas, cuadros, gráficas y cartografía para una mejor interpretación y comprensión de la información expuesta. Con base en el análisis de los resultados fue posible presentar un panorama general con perspectiva integral que permitió conocer la peculiaridad de la dinámica agrícola en la región sur del Estado de México.
El capítulo uno, denominado “Relación: Transformación de uso del suelo y agricultura. Una aproximación teórica” contiene algunas consideraciones teóricas que sustentan la investigación, donde se parte de la visión geográfica como disciplina científica que permite abordar de manera integral la complejidad de los hechos, fenómenos y procesos que ocurren en el espacio, centrando su atención en la interacción hombre-naturaleza desde una dimensión ambiental. Se comparte una perspectiva acerca de los procesos de transformación del uso del suelo y la vegetación, abordando conceptos, causas, factores y escalas de análisis. En este capítulo también se contextualiza la importancia de los estudios bajo el contexto agrícola, exponiendo sus principales problemáticas. Finalmente se presenta una visión histórica donde se expone la evolución de los modelos agrícolas en el territorio mexicano, iniciando con la revolución verde hasta la visión sustentable, misma que ha cobrado relevancia en las últimas décadas.
El capítulo dos titulado “Caracterización física de la región sur del Estado de México” presenta la contextualización y caracterización de la zona de estudio, es decir, se presenta un esbozo de los componentes fisiográficos más relevantes de los municipios que conforman la porción del territorio sur de la entidad, exclusivamente en el contexto de la Provincia Fisiográfica Sierra Madre del Sur. Se incluye la ubicación geográfica, la delimitación territorial, colindancias y una descripción general de los elementos físicos más relevantes.
El análisis de las modificaciones en el uso del suelo y la vegetación se presenta en el capítulo tres, cuyo título es “Cambio de cobertura y uso del suelo: relación con la agricultura”. En este capítulo se identifican las transformaciones paisajísticas que han tenido lugar en la región, destacando especialmente aquellas modificaciones vinculadas con la actividad agrícola, lo cual permitió observar la evolución histórica de transición que ha estado asociada con esta actividad, en particular, las modificaciones positivas y negativas que han ocurrido en las dimensiones temporal y espacial. El análisis comprendió del año 2005 al año 2021, dividiéndose en tres periodos: a) primer periodo de 2005 a 2013, b) segundo periodo de 2013 a 2021 y, c) tercer periodo que corresponde a un análisis general de 2005 a 2021. Este análisis temporal permitió observar de forma específica las configuraciones superficiales que se han suscitado en ese territorio y comprender la dinámica de los procesos de sustitución de coberturas y usos del suelo.
El cuarto capítulo “Dinámica de la producción agrícola en la región sur del Estado de México” está estrechamente relacionado con el capítulo anterior, ya que constituye un estudio regional sobre la producción agrícola. Se incluyen tres rubros relacionados con la superficie sembrada, el volumen de producción y el valor de producción, los cuales son analizados en cuatro momentos: año 2005, año 2013, año 2021 y año 2023. En el capítulo se exponen datos relacionados con los cultivos destinados a la producción de alimentos (maíz y frijol) y de un cultivo con fines comerciales (aguacate).
El capítulo quinto “Aptitud agrícola de la región sur del Estado de México” incorpora vínculos directos con la información de los capítulos anteriores, ya que presenta un estudio en el que se determina la aptitud agrícola de ese territorio, fundamentado bajo la utilización de dos metodologías complementarias. La primera consiste en un análisis estructural, cuyo propósito fue identificar las variables más relevantes que deben ser consideradas en el desarrollo consecuente, respaldando que su elección no fue arbitraria, ni basada en la subjetividad. Posteriormente, se realizó la evaluación multicriterio (EMC), mediante la integración de las variables identificadas en el análisis estructural, la cual permitió localizar las zonas que presentan las condiciones más aptas para la actividad agrícola en general y de manera particular para los cultivos de maíz, frijol y aguacate.
En el capítulo sexto “Gestión del uso del suelo agrícola y recuperación de espacios” está incluida una propuesta para determinar áreas estratégicas que contribuyan a disminuir los cambios de usos del suelo relacionados con la expansión agrícola, al mismo tiempo, se identifican zonas prioritarias para la reconversión agrícola. Ambos aspectos son complementarios, ya que, mediante un análisis crítico y metodológico, se reconocieron superficies de uso agrícola que cambiaron a la categoría de vegetación secundaria, siendo consideradas como las más convenientes para zonas potenciales agrícolas. No obstante, existe evidencia de que algunas de estas superficies han presentado algún tipo de degradación, por lo que, se proponen acciones estratégicas que contribuyan a su regeneración para el desarrollo agrícola en la RSEM. La iniciativa planteada representa la base de la agricultura sustentable.
El séptimo capítulo “Transición hacia sistemas agrícolas sustentables” comprende la propuesta enfocada a contribuir en la transición para el establecimiento de cultivos orientados hacia la sustentabilidad, esto a través de la integración de estrategias fundamentadas en la agroecología, disciplina que permite atender las problemáticas ambientales y sociales que han sido causadas por la agricultura y plantea alternativas ambientalmente responsables. Mediante este enfoque, se pretende fomentar que los agroecosistemas de la región sur del Estado de México tengan la capacidad de producción sostenible para satisfacer las necesidades alimenticias, contribuyendo de esta forma, al mejoramiento de sus componentes y aportar avances significativos para la seguridad y soberanía alimentarias de las comunidades de este territorio.
Finalmente, se presenta el apartado de reflexiones finales, el cual abarca un análisis crítico desde una perspectiva integral de los resultados obtenidos en el proceso de la investigación. Asimismo, se hace énfasis en los desafíos y oportunidades presentes en la región sur del Estado de México, y que por supuesto, pueden ser atendidos para mejorar la situación agrícola de los municipios que conforman esa porción del territorio mexicano.