Resumen:
Las ciudades son centros de servicios y oportunidades sociales, áreas que impulsan el desarrollo social y económico, sin embargo, también son las principales protagonistas del cambio climático, participando entre el 60 y 80% en las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), así como el 75% en el consumo de los recursos naturales para su desarrollo. Se estima que las áreas urbanas tan sólo representan el 3% del territorio planetario, sin embargo, cerca del 75% de la población habita dentro de estas. El municipio de Toluca no está exento de esta situación, ya que de los 910, 608 habitantes reportados en 2020 cerca del 77% vivía en localidades urbanas, trayendo consigo algunas problemáticas socioambientales, como mala calidad del aire, problemas de movilidad, grandes cantidades en la generación de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), abatimiento de los mantos acuíferos, contaminación de cuerpos de agua, el cambio de uso de suelo, entre otros. El objetivo de este trabajo fue evaluar el metabolismo urbano del municipio de Toluca, en el periodo 2010-2020 para coadyuvar a la sostenibilidad urbana. Mediante la metodología “Análisis de Flujos de Materiales”, tomando en cuenta parámetros de entrada como: el consumo de agua potable y de energía eléctrica; y de salida: emisiones de GEI, generación de aguas residuales y RSU. Los resultados mostraron que el consumo de agua del año 2010 al 2020, creció cerca de un 19%, pasando de 53.1 a 63.2 hm3, respectivamente. Por otra parte, el tratamiento de aguas residuales en promedio fue de 14.9 hm3, que representa aproximadamente el 20% de la cantidad generada en todo el municipio, ya que se estima que el 80% restante no son tratadas antes de su vertimiento a cuerpos de agua. En el tema energético, se estimó un consumo promedio de 1,769 GWh, presentando un crecimiento de 28.4% del año 2010 al 2020. Este consumo es destinado principalmente a las actividades industriales y de comercio. Por otro lado, el diésel fue el combustible más consumido después de la leña/carbón y el gas LP, mientras que las mayores emisiones se dieron en las actividades de transporte y energía eléctrica. En la cuestión de los RSU, el promedio generado fue de 210.6 mil toneladas por año, siendo los años 2016 y 2018 los más elevados. Entre los hallazgos encontrados es posible observar que el municipio no presenta un crecimiento repentino o abrupto en sus índices de consumo, debido a sus dinámicas socioeconómicas. Sin embargo, su comportamiento sigue siendo insostenible por la falta de estrategias para mitigar la polución ambiental, así como la distribución equitativa de los servicios. Aunado a lo anterior, no se presentan programas consistentes que conduzcan al desarrollo sostenible.