Resumen:
Los derechos humanos deben ser garantía de una vida digna para el ciudadano. No sólo es una obligación del estado, sino de todos, vigilar y atender que éstos no sean trastocados garantizando la libertad, igualdad y fraternidad entre los pueblos, valores heredados de la Revolución Francesa y que aún hoy siguen vigentes en miras de alcanzar una convivencia armónica en un ambiente de
tranquilidad y bienestar.
Durante el siglo XX y XXI se observa un gran adelanto en la atención de diferentes
problemáticas relacionadas con los derechos humanos que tienen que ver con los ámbitos de la
salud, la vivienda, e incluso la educación. Sin embargo, un reto importante de nuestra sociedad
actual es la disminución del terrible flagelo de la violencia. Sobre todo se ha de apoyar a aquellos grupos que por su condición de vulnerabilidad son más propensos a sufrir sus efectos negativos como son: las mujeres, los adultos mayores, los indígenas, los discapacitados y por supuesto los niños y adolescentes.
Un contexto que desgraciadamente se ha convertido en problemático en este sentido es el escolar.
Múltiples manifestaciones de violencia se observan cada día con mayor frecuencia dentro de las cuatro paredes de las instituciones educativas amenazando a su comunidad con diferentes comportamientos conflictivos: conducta disruptiva, vandalismo, discriminación, acoso sexual, acoso laboral y por supuesto, el acoso escolar.
El acoso escolar (bullying) es un tipo de violencia que ha sido incorporada a las agendas de los investigadores recientemente. En gran parte por el desconocimiento de sus características, así como por su naturalización. Es un tipo de comportamiento bastante complicado de entender por sus múltiples manifestaciones, así como por los actores que se involucran en este tipo de conductas.
El bullying se caracteriza por la participación de los estudiantes en contra de sus pares, donde éstos asumen diferentes roles (victimarios, observadores o víctimas) que a veces se combinan
formando un coctel propicio para el desarrollo de actos violentos variados. Por si fuera poco, la virtualización de la socialización ha hecho posible la incorporado estas prácticas trasladando las agresiones a un entorno diferente donde se producen comportamientos difíciles de tipificar e identificar.
Con base en esta problemática, las autoridades de las diferentes instituciones educativas se han preocupado por solucionar estas prácticas aberrantes de una forma efectiva.
Para el caso de la Uaeméx, los esfuerzos para atender y prevenir el acoso escolar datan del año de 2012 cuando comenzaron los estudios diagnósticos para comprender el fenómeno que se presentaba dentro de sus aulas, siendo el parteaguas para la culminación de la atención e intervención de las prácticas relacionadas con el bullying y el ciberbullying con el desarrollo de un protocolo de actuación, involucrando no solo a las autoridades sino a todos los implicados en el fenómeno, poniendo especial atención en la concientización de los estudiantes, como principales generadores del acoso escolar en todas sus modalidades.