Elaboración de un manual de buenas prácticas en la producción de aguacate (Persea americana spp.) para el paraje conocido como la Vega, comunidad de San Miguel Tecomatlán, Tenancingo, Estado de México.

Abstract

El presente Trabajo Terminal de Grado tiene como finalidad desarrollar un manual que funcione como una herramienta técnica orientada a fortalecer la producción sustentable de aguacate en la región. El cultivo del aguacate en México se ha consolidado como una actividad estratégica a nivel global, nacional y estatal, siendo el país el principal exportador mundial. En el municipio de Tenancingo, particularmente en la comunidad de San Miguel Tecomatlán, su producción ha incrementado notablemente en las últimas décadas, desplazando cultivos tradicionales y convirtiéndose en una fuente de ingresos para las familias locales. La investigación surge ante el crecimiento acelerado del cultivo en Tecomatlán, actividad que, si bien ha generado beneficios económicos, también ha provocado diversas problemáticas ambientales, entre ellas la deforestación, el uso excesivo de agroquímicos, la escasez de agua y la pérdida de biodiversidad. Mediante entrevistas y observaciones de campo realizadas a 25 productores de pequeña escala, se recopiló información sobre el manejo agronómico, el control de plagas y enfermedades, la fertilización, el riego y la comercialización del fruto. El estudio adoptó un enfoque cualitativo, complementado con una revisión bibliográfica que permitió identificar alternativas orgánicas y extractos vegetales aplicables al manejo fitosanitario del cultivo. Como resultado, se elaboró un manual de buenas prácticas agrícolas basado en la experiencia local y en los principios de la agroecología. Este manual promueve el uso eficiente del agua, la conservación del suelo, la fertilización orgánica y el control biológico de plagas. Su propósito es fortalecer las capacidades de los productores, reducir la dependencia de insumos químicos y fomentar una producción más sostenible y rentable, asegurando al mismo tiempo la preservación de los recursos naturales y la continuidad del cultivo en la comunidad. Además, impulsa la recuperación de saberes tradicionales y la adopción de prácticas agroecológicas que faciliten la transición hacia una agricultura sustentable, tomando como base la experiencia y conocimiento de los productores locales.