Descripción:
Un bicho pensante, como millones de sus congéneres, se arrastra sobre la superficie de la tierra desgarrándose, en su existencia lamentable, por la idea de que es un ser singular, y su autoconciencia acentúa todavía más su destino trágico. La vejez es escuela de la sabiduría, y todavía más es la universidad de las desilusiones. Hay tres formas de cronocidio: el sacrificio del escurridizo ahora en aras del todavía enigmático; la reverencia nostálgica ante el ya no existente a costa de ofrendar el ahora aburrido; y la disolución del amenazante todavía y el decrépito ya en el omnipresente ahora.