Resumen:
El artículo considera que la violencia homicida contra las mujeres en el Estado de México responde a procesos de desafiliación social en las esferas de vida de víctimas y victimarios. Dichos procesos obstaculizan la generación de recursos materiales y simbólicos en hombres y mujeres para enfrentar las reconfiguraciones de su subjetividad. La violencia homicida contra las mujeres es una respuesta al resquebrajamiento del modelo hegemónico de feminidad y masculinidad. De esta forma, los llamados "feminicidas" se comprenden como sujetos de acción en una serie de procesos de cambio y transformación social y no como meros "dementes" o salvajes desquiciados.