Descripción:
Desde principios de la década de los ochenta, la política económica del
país se ha enfocado en la reducción de los altos niveles inflacionarios aun
a costa de un menor crecimiento económico, con los efectos negativos
sobre el empleo que esto implica. Entre otras razones, se argumenta que
en períodos de alta inflación la capacidad adquisitiva del ingreso de la
población se reduce, la tasa de interés se incrementa, la competitividad del
país en los mercados internacionales desciende y que los precios relativos
dejan de cumplir su función esencial de contribuir a una asignación eficiente
de los recursos productivos.