Resumen:
La piel es el órgano más extenso del organismo, constituye la barrera entre el organismo y el ambiente, así mismo puede desarrollar patologías propias o reflejar alteraciones de diferente índole (Raskin 2010). La piel desarrolla funciones como lo es protección ambiental, evita pérdidas de agua y electrolitos, termorregulación, producción sebácea y sudorípara, posee pigmentación, percepción sensoria, secreción y excreción, metabolismo de colecalciferol etc. (Miller y col 2013). Las enfermedades de la piel son amplias y variadas, como enfermedades infecciosas, inmunomediadas, autoinmunes, metabólicas, endocrinas, ambientales, nutricionales y neoplásicas (Raskin 2010). Dentro de las afecciones neoplásicas cutáneas se clasifican como; tumores no neoplásicos y tumoraciones neoplásicas. Las tumoraciones no neoplásicas engloba un 10% de las lesiones removidas en perros y gatos. Los quistes epidermoides constituyen la mayor parte de estas tumoraciones (Miller y col 2013). Las lesiones neoplásicas refieren una ocurrencia del 30% del total de las tumoraciones en perros y 20% en gatos (Miller y col 2013, Withrow y Vail 2009). El tumor más reportado en caninos por orden descendente es el lipoma, hiperplasia de glándula sebácea, mastocitoma, histiocitoma y papiloma y para el gato se encuentra el tumor de células basales, carcinoma de células escamosas, mastocitoma y fibrosarcoma. (Miller y col 2013). Para los tumores cutáneos la edad media de incidencia es de 10.5 años en perros y 12 años en gatos, Así mismo refieren que las razas caninas con más alta tasa de incidencia fueron el bóxer, Scottish terrier, bullmastiffs, basset hounds, weimaraners, Kerry blue terriers, and Norwegian elkhounds, y en los gatos el siames y persa (Miller y col 2013).