Resumen:
La variabilidad genética de la vida abarca tres niveles de expresión: ecosistemas, especies y genes. México es catalogado como un país de alta diversidad biológica y cuenta con más del 65% del área del país por encima de los mil metros sobre el nivel del mar (Benítez D. y Bellot R., 2007). Esto hace posible la adaptación de variedades de Norteamérica, Centroamérica y Sudamérica para la producción comercial.
En el país se cultiva alrededor de 70 variedades comerciales, sobresaliendo las especies de la familia Solanáceas (Fiananciera Rural, 2008); que incluye cultivos comestibles como papa (Solanum Tuberosum L.), jitomate (Lycopersicon esculentum Mill.), berenjena (Solanum melongena L.), tomate de cascara (Physalis spp. L.) y chile (Capsicum spp.) (FAO 2012).
A nivel mundial China, México y Turquía son los principales productores de chile (FAOSTAT, 2012), condimento básico en la dieta de la población de algunas sociedades, siendo América Latina el principal consumidor (FAO, 1998). Particularmente en México el chile es un cultivo representativo de nuestra cultura ha sido usado desde la época precolombina como condimento, moneda, castigo o un producto medicinal (Long-Solís, 1986), y hoy en día arraigado en todos los estratos socioeconómicos del país; utilizado de diversas formas como condimento en verde y seco, encurtido, colorante, en salsas y en la elaboración de algunos productos farmacéuticos.