Resumen:
Resulta paradójico que la retórica, en pleno siglo XXI, sea objeto de una concepción negativa, con la que se forman vocablos peyorativos tales como “mala retórica, la retórica de…, discurso retórico”. Así pareciera que se ignora por completo el postulado antropológico y político de Occidente sobre el ser del hombre democrático. Debido a la injusta situación en que hoy se halla la retórica, en este ensayo me interesa abordarla como una necesidad antropológica y política a la cual toda racionalidad moderna debería recurrir, sin que su práctica equivalga a palabrería o ciencia.