Resumen:
La Gobernanza es un tema relativamente nuevo en el mundo de la administración
pública. Debido a ello, ha sido difícil generar un concepto concreto de esta nueva
propuesta. Esto aunado a la confusión que existe entre el término ‘Gobernanza’ y el
término ‘Gobernabilidad’. Por ello, es importante comenzar por establecer la
diferencia y relación entre ambos conceptos y la manera en que éstos se conectan
con la implementación de la Iniciativa Mérida en México en el periodo 2007 -2012.
En primera instancia:
El concepto más conocido sobre Gobernabilidad es aquel que diversos
autores relacionan al binomio legitimidad‐ eficacia, en el que los gobernantes,
para decirlo de manera extremamente sintética, gozan del reconocimiento de
la ciudadanía, y ello se alimenta, se nutre y depende, además de que las
promesas que plantea se cumplan. Esto es lo que genera confianza (Espín,
2009: 7).
Y se logra a través de las políticas públicas, que en voz de Aguilar Villanueva
son “la ventana de acción del gobierno, cumplen los objetivos para los que fueron
propuestas. Esa eficacia además redunda en mayor legitimidad y la Gobernabilidad en ese
sentido se profundiza” (Aguilar, 2006: 25).
De tal manera que, es a través de la Gobernabilidad como el gobierno puede
hacer efectivo el cumplimiento de sus promesas y compromisos, así como la
prestación eficiente de los servicios públicos y el goce de los derechos ciudadanos.
Sin embargo, la Gobernabilidad no va más allá de vigilar que la acción del gobierno
coincida con sus obligaciones, pues no se detiene a realizar el análisis de su actuar.
Esto es, la visión de la Gobernabilidad es más cuantitativa que cualitativa, por lo
que se pregunta: a cuántos ciudadanos está beneficiando el gobierno o cuántas
acciones ha realizado el gobierno en beneficio de sus ciudadanos, sin detenerse a
analizar con qué calidad está atendiendo el gobierno a sus ciudadanos.