Megaproyectos turísticos y comunidades locales: desterritorialización y efectos ambientales en Nuevo Vallarta, México

Abstract

El modelo capitalista actual, con base en los principios básicos de la acumulación originaria, y aunado al proceso de globalización con una nueva estructuración del liberalismo al neoliberalismo y sus estrategias particulares, se ha ido insertando en todas las esferas sociales hasta la actualidad. En el caso del sector servicios, se toma la actividad turística desde una perspectiva crítica del modelo de desarrollo encaminado a la búsqueda de generación de riquezas por medio de divisas, el consumo desmedido de los recursos naturales y energéticos, la destrucción de los ecosistemas, contaminación de los mares y condiciones de vida deplorables de la población debido al trabajo precario, temporal y mal remunerado.

Este modelo llamado de “sol y playa”, proviene de una política turística internacional al ver la derrama económica que empezó a generar el desplazamiento de personases a nivel mundial posterior a la Segunda Gran Guerra. Por ello, los organismos económicos internacionales junto con los países industrializados promueven esta forma de hacer turismo a los países subdesarrollados. Así México adopta el nuevo modelo a través de cambios estructurales y otra institucionalidad del Estado. Lo cual, en vez de evitar los impactos ambientales, se ha adecuado al modelo de desarrollo económico y turístico hegemónicos. Esto hace posible la entrada de grupos trasnacionales para el desarrollo de megaproyectos turísticos –basados en miles de cuartos de hotel, viviendas para los trabajadores, aeropistas y aeropuertos privados, desaladoras, campos de golf, marinas, infraestructura complementaria y de atracciones, etc.— directamente a favor del capital y la acumulación. Situación que sólo ha mostrado una importante devastación natural y social en México.

La intención que promueven los organismos económicos internacionales es legitimada por el estado para privatizar las costas mexicanas a través de discursos que prometen el desarrollo, la mejora de la calidad de vida de las clases vulnerables, así como la supuesta conservación, protección y preservación del patrimonio tanto natural como cultural. A partir de este turismo, las comunidades locales que son despojadas y excluidas de sus tierras -proceso paralelo a la acumulación originaria- donde se desarrollan semejantes proyectos a través del proceso de desterritorialización, se han visto en la necesidad de integrarse en un nuevo estilo de vida basado en el empleo dentro del sector servicios, generando también su inserción a una sociedad de consumo.